domingo, 26 de abril de 2009

La Gran Guerra y sus consecuencias


La Primera Guerra Mundial (1914-1919) marca la gran división entre el siglo XIX y el XX. Las potencias enfrentadas eran por un lado los imperios centrales (el alemán y el austrohúngaro) y por el otro los países aliados (Gran Bretaña, Francia y Rusia, con la ayuda de EE.UU y Japón).

Las causas de este enfrentamiento son varias, políticas: conflictos por la ocupación de las últimas colonias y formación de nuevos imperios económicos; y económicas: lucha por conseguir el predominio en los mercados mundiales.

Las consecuencias las podemos agrupar en 7 bloques:
1) Demográficas: la guerra finalizó con gran cantidad de muertos (especialmente en Rusia) y heridos (sobretodo Alemania y Francia). Los países donde se inició la guerra también resultaron gravemente afectados. Esta situación afectó gravemente al mercado de trabajo: disminuyó la mano de obra, la productividad, la innovación...
2) Stock de capital: los países que perdieron más capital fijo fueron Bélgica y Francia. También destacan las pérdidas de buques de Gran Bretaña y EE.UU, y las pérdidas de activos exteriores de Alemania.
3) Desequilibrios financieros: se trata de una consecuencia a largo plazo, que afectó a la economía europea hasta la 2ªGM. La guerra no se financió mediante impuestos o divisas, sino a través de préstamos bancarios. Esto provocó que el déficit presupuestario se multiplicara por 6, y que se rompieran las bases de la renta monetaria establecidas por Gran Bretaña (patrón oro). Como consecuencia se pone fin a las paridades fijas, se deprecian las monedas, hay inflación, incrementa el desempleo, caen las reservas metálicas, la inversión, los beneficios y se rompe el comercio exterior. Los países más afectados fueron los imperios centrales y los que menos fueron los países que se mantuvieron neutrales.
4) Producción industrial: los países en guerra sufrieron desequilibrios en sus sectores industriales, ya que se incrementó la producción de bienes de equipo y energía, y disminuyó la fabricación de bienes de consumo y de productos agrícolas. En cuanto a los países neutrales, fue un momento clave para incrementar la producción nacional y las exportaciones. Pero éstos debían evitar un exceso de capacidad en ramas industriales con poca demanda en épocas de paz.
5) Problemas estructurales: la guerra provocó un desarrollo muy lento en todo el continente Europeo.
6) Problemas sociales: se empieza a luchar por la democracia y la igualdad (organizaciones obreras y voto femenino). También se lleva a cabo una reforma agraria.
7) Problemas territoriales y humillaciones "nacionales": como dijo Keynes, las condiciones de paz fueron impuestas sin consenso ni evaluación económica realista. Destaca el Tratado de Versalles, por el cual Alemania fue obligada a pagar grandes cantidades en concepto de reparaciones de guerra.

Para concluir, podemos decir que fue una guerra muy violenta, ya que los países dispusieron de nuevo armamento, mucho más potente y destructivo. Por este motivo, la población civil resultó gravemente afectada. Así, tanto la pérdidas humanas sobretodo, como las materiales fueron muy importantes. Además, cabe destacar que al finalizar la guerra no se solucionaron los problemas sino que aparecieron de nuevos, por ejemplo muchas personas se quedaron sin empleo, sin casa, sin alimentos... Los tratados de paz solo empeoraron la situación, ya que impusieron pagos a los países perdedores totalmente desproporcionados, que los sumió todavía más en la miseria. Estas consecuencias ponen de manifiesto la inutilidad de un conflicto de tales dimensiones, que se repetiría al cabo de pocos años con la Segunda Guerra Mundial.
En la actualidad, las guerras todavía no están superadas. Sin ir muy lejos podemos destacar la guerra de Irak con los Estados Unidos, que no fue más que un conflicto por la posesión del petroleo, o bien las guerras que se están produciendo en el Próximo Oriente. Pienso que ningún motivo político o económico puede justificar acciones violentas como estas, las cuales afectan sobre todo a las personas más débiles (la población civil).

domingo, 19 de abril de 2009

El patrón oro





El sistema del patrón oro se podría definir como la convertibilidad en oro y no en plata del papel moneda o de cualquier otro sustituto bancario de la moneda con valor real. Se trata de un sistema monetario de cambios fijos.

A mediados del s. XIX sólo utilizaban el patrón oro Gran Bretaña (adoptado en el s. XVIII) y Portugal. Pero a partir de 1870 las principales potencias comerciales abandonaron sus antiguos patrones (mayormente de plata) y adoptaron el patrón oro. Esta situación permitió la creación de un sistema monetario internacional de pagos de patrón oro. No estaban en el patrón oro los países no competitivos como España. Estos últimos utilizaban el patrón plata. La principal ventaja del patrón plata era la abundancia de este material durante el s. XIX, lo cual la hizo más asequible porque disminuyó su valor. Esto permitía tener una oferta monetaria (en volumen) superior a los que tenían el patrón oro, lo cual era fundamental en épocas de crisis.

El sistema monetario internacional se basó en el dinero bancario, siempre que este fuera convertible, a una paridad fija, en oro por el banco central de cada país. El valor de conversión recibió el nombre de paridad porque a través del oro cada moneda estaba relacionada con las demás a una paridad fija. Las dos funciones de este sistema eran: conseguir la máxima estabilidad de cambios en los mercados de divisas y la estabilidad de los precios interiores, todo para conseguir una globalización de la economía.

Según el autor David Hume, este sistema monetario internacional basado en el patrón oro se equilibraría automáticamente: los países con una balanza comercial negativa perderían oro. Esto implica una reducción de la oferta monetaria y del nivel de precios y un aumento del tipo de interés, pero la deflación volvería a hacer competitivas sus exportaciones y así se llegaría de nuevo al equilibrio. Todo lo contrario sucede con los países que tienen un superávit en la balanza comercial.

El fin del patrón oro se inició con el declive de la supremacía en el comercio internacional de Gran Bretaña. Hay que destacar que este patrón beneficiaba a los países centrales y perjudicaba a los de la periferia, que dependían de la cotización de unos pocos productos de exportación, y donde los ajustes deflacionarios eran mucho más duros.

Personalmente opino que la creación de un único sistema de pago, aunque existan diferentes monedas, incrementa y facilita en gran manera los intercambios. Además la creación del dinero fiduciario fue un paso muy importante para la economía principalmente por la comodidad que reporta.

En cuanto a la actualidad, podemos ver como se van unificando las monedas para facilitar las transacciones. Es el caso de la zona euro, formada por la mayor parte de los países de la Unión Europea. También pienso que es muy importante el papel que juegan los bancos centrales dentro de la economía mundial al controlor el tipo de interés, la masa monetaria... con el fin de evitar entre otras cosas, la inflación, que disminuye el poder adquisitivo de los consumidores, por lo tanto estos compran menos, se produce menos, incrementa el paro... y se entra en un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

lunes, 6 de abril de 2009

Crecimiento económico y modelos teóricos

El crecimiento económico durante los siglos XVIII-XX se caracterizó por ser sostenido y de gran magnitud y duración. Además, fue tanto intensivo como extensivo, ya que incrementó la producción total y también la producción por habitante. Existen varios modelos teóricos que explican estos hechos:

Precedentes:
a) Arbitristas (s. XVI): tenían como finalidad encontrar y aportar soluciones a los problemas económicos y demográficos que afectaban al poder monárquico. Destacan P.F. Navarrete y S. Moncada.
b) Fisiócratas (s. XVIII): “fisiocracia” proviene del griego phisys que significa gobierno del orden natural. Éstos consideraban que había un orden natural para todas las cosas, incluyendo la sociedad y la economía. Por lo tanto, situaban en primer plano la tierra, con lo cual el estado tenía que garantizar el acceso de toda la población a ella. Destaca Quesnay.
c) Mercantilistas (s. XVII-XVIII): su base es el mercado, la capacidad de consumir. Para conseguir mercados nacionales fuertes se requería: una balanza de pagos y una balanza comercial positivas, controlar las transferencias de moneda y aumentar la masa monetaria. Finalmente también eran necesarias una serie de medidas arancelarias para garantizar la circulación de los productos propios.

Escuela clásica:
a) Optimistas: encabezados por A. Smith. Según este, las bases de la productividad son: la acción invisible del mercado, la búsqueda individual del máximo beneficio y la división del trabajo.
b) Pesimistas: destacan Ricardo y Malthus. Según el primer autor, a medida que aumenta la producción, incrementa el consumo pero disminuyen los salarios. Por este motivo, la población tiene que hacer sacrificios para permitir el crecimiento de la economía. Según Malthus, como la población crecía en mayor medida que la producción se produciría escasez de recursos, lo cual dificultaba el crecimiento.
Escuela neoclásica
a) Modelos de crecimiento por etapas: este modelo clasifica las sociedades en 4 grupos: sociedad tradicional, precondiciones para el despegue hacia un crecimiento autosostenido, camino hacia la madurez y etapa de alto consumo.
b) Modelos de cambio estructural: s.XIX. Destacan A.Lewis, Gerschenkron y S.Kuznets.
c) Modelos estructuralistas de dependencia económica: destaca Pebrish, quien está a favor de la defensa de la producción nacional.

Economía neoinstitucional y evolucionista
Esta teoría defensaba los siguientes aspectos: sistema de propiedad bien definido, innovación y en cuanto a política había tanto reformistas como conservadores.

Hay que destacar que este crecimiento estuvo ligado a la industrialización, por lo tanto fue más rápido en los países de la Europa Occidental y en aquellos que fueron poblados mayoritariamente por emigrantes de Europa del norte como EE.UU. Como consecuencia, aunque los países pobres mejoraron su situación, no alcanzaron los niveles de vida de los países más industrializados sino más bien lo contrario, ya que las diferencias se multiplicaron. Actualmente, la situación no ha cambiado: los ricos cada vez son más ricos y los pobres más pobres.

jueves, 2 de abril de 2009

Colonialismo e imperialismo

La industrialización de los países más avanzados afectó al resto de economías del mundo que todavía no habían llevado a cabo este proceso, lo que comportó una globalización de la economía basada en la división internacional del trabajo dirigida por los países dominantes y a su favor. Para dominar sobre los países subdesarrollados llegaron, incluso, a utilizar la violencia si era necesario. Algunos de los objetivos de la dominación eran: conseguir el control sobre el comercio colonial, obtener primeras materias, mano de obra o simplemente prestigio. Esta globalización económica comportó crecimiento pero provocó un incremento de las diferencias entre países (o regiones) ricos y pobres. El dominio de los países industrializados sobre el resto del mundo recibe el nombre de imperialismo, que representó la formación de nuevas colonias y el mantenimiento de algunas ya existentes. Destacan:

Nuevas Europas: se trata de territorios colonizados por población blanca de origen europeo, especialmente británicos. Esta población procedente de la metrópolis era la que tenía el poder político y económico, mientras que la población autóctona era eliminada o rechazada hacia el interior. Destacan Canadá, Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda.

India: era una colonia británica que fue condenada a la miseria y al subdesarrollo a causa de una serie de medidas fiscales y aduaneras aplicadas por el gobierno británico para reducir sus exportaciones de tejidos de algodón, y así intentar obtener el predominio.

Resto del mundo: el resto del mundo fue repartido entre las grandes potencias, en la conferencia de Berlín de 1885. El dominio sobre estos territorios (mayor parte de África, Asia y Oceanía) no se realizó por medio de la inmigración de población metropolitana, como en el caso de la Nuevas Europas, sino a través de la sujeción de la población indígena, sobretodo mediante el ejército y la administración.

Con esto vemos el egoísmo de los países más avanzados, que intentan conseguir un rápido desarrollo y la dominación de todos los territorios posibles a toda costa, sin importarles nada más: ni la miseria o incluso la desaparición de la población indígena, ni la situación de las clases bajas de la metrópolis que eran las que tenían que financiar todos los costes que comportaba la expansión territorial... Por lo tanto, esto comportó el aumento de la diferenciación social.